Hiperactividad

¿Qué es la hiperactividad?

La hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta principalmente en la infancia, afectando la capacidad del niño para mantener la atención, controlar impulsos y manejar niveles normales de actividad física. 

La hiperactividad se define como un comportamiento excesivo y continuo de actividad física o mental que va más allá de lo esperado para la edad y el desarrollo del individuo. Aunque comúnmente asociada con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la hiperactividad puede presentarse de manera aislada.

Es fundamental destacar que la hiperactividad en niños es un problema que afecta su rendimiento escolar, relaciones sociales y calidad de vida, por lo que su diagnóstico y tratamiento son esenciales.

Hiperactividad en niños de 0 a 2 años

En los niños de 0 a 2 años, la hiperactividad puede ser difícil de diagnosticar, ya que el movimiento constante es parte del desarrollo natural en esta etapa. Sin embargo, algunos signos como la falta de atención prolongada y dificultades extremas para dormir pueden ser indicativos de hiperactividad temprana.

La observación cercana por parte de los padres y profesionales de la salud es clave para detectar posibles síntomas.

Déficit de atención sin hiperactividad

El déficit de atención sin hiperactividad, también conocido como TDA (trastorno por déficit de atención), es una variante del TDAH en la que el individuo presenta dificultades para concentrarse y mantenerse enfocado, pero sin los rasgos hiperactivos. Los niños con TDA pueden parecer desinteresados o distraídos en clase, pero no muestran la impulsividad o actividad excesiva típicas del TDAH.

Es importante entender esta distinción, ya que puede influir en el tipo de tratamiento que reciban.

Hiperactividad mental

La hiperactividad mental se refiere a un estado de sobrecarga cognitiva, donde la mente está constantemente en movimiento, incluso cuando el cuerpo está en reposo. Esto puede generar estrés, dificultad para concentrarse y problemas para conciliar el sueño. Aunque es común en adultos, los niños también pueden experimentar este tipo de hiperactividad, lo que afecta su aprendizaje y relaciones.

Diagnóstico: Test de hiperactividad

El diagnóstico de la hiperactividad, y en particular del TDAH, suele realizarse a través de un test de hiperactividad que evalúa el comportamiento del niño en diferentes contextos, como el hogar y la escuela. Estos test incluyen cuestionarios para padres y maestros, así como una evaluación psicológica por parte de un profesional de la salud.

El diagnóstico temprano es crucial para comenzar el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida del niño.

Tratamiento de la hiperactividad en Neurocentro

El tratamiento para la hiperactividad puede variar según la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales del paciente. En Neurocentro recomendamos las siguientes opciones que suelen ser las más comunes:

Pastillas para la hiperactividad

El uso de pastillas para la hiperactividad es una de las opciones más comunes para tratar los síntomas del TDAH. Los medicamentos estimulantes como el metilfenidato y las anfetaminas son recetados frecuentemente, ya que ayudan a mejorar la atención y reducir la impulsividad. También existen opciones no estimulantes, como la atomoxetina, que pueden ser efectivas en algunos casos.

Es importante que el uso de medicación esté siempre supervisado por un profesional médico, quien determinará el tipo y la dosis adecuados para cada paciente.

Terapias conductuales

Además del tratamiento farmacológico, las terapias conductuales son altamente recomendadas para tratar la hiperactividad. Estas terapias enseñan al niño o adulto a manejar sus impulsos, mejorar su capacidad de concentración y desarrollar habilidades sociales. En los niños, la participación de los padres en estas terapias es clave para reforzar los cambios de comportamiento en el hogar.

Cambios en el estilo de vida

Cambios en la alimentación, rutinas de ejercicio regular y la implementación de técnicas de relajación como el mindfulness pueden ser altamente beneficiosos para quienes sufren de hiperactividad. La reducción de azúcares y ciertos aditivos en la dieta también se ha asociado con una mejora en los síntomas en algunos casos.

TDA sin hiperactividad: ¿Es posible?

El TDA sin hiperactividad es una condición menos conocida, pero que afecta a muchas personas. Los pacientes con TDA presentan dificultades para concentrarse, completar tareas y seguir instrucciones, pero no muestran el comportamiento impulsivo o hiperactivo. Esto puede hacer que el trastorno pase desapercibido, especialmente en niños, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento.

Reconocer este subtipo es crucial para ofrecer un tratamiento adecuado, que puede incluir tanto terapias conductuales como intervenciones educativas.

Preguntas frecuentes sobre la hiperactividad

¿Cómo se diagnostica la hiperactividad en niños?

El diagnóstico se realiza a través de una combinación de observaciones clínicas, entrevistas con los padres y maestros, y la realización de test de hiperactividad. Un profesional de la salud debe evaluar los síntomas en diferentes contextos.

No todos los casos de hiperactividad requieren medicación. Algunas veces, las terapias conductuales y los cambios en el estilo de vida pueden ser suficientes para controlar los síntomas. La decisión sobre el tratamiento depende de la evaluación médica.

Los efectos secundarios pueden incluir pérdida de apetito, insomnio, irritabilidad y dolor de cabeza. Sin embargo, la mayoría de los niños que toman medicamentos bajo supervisión médica responden bien y los efectos secundarios suelen ser temporales.

En algunos casos, los síntomas de hiperactividad pueden disminuir con la edad, especialmente si se diagnostica y trata a tiempo. Sin embargo, muchas personas continúan experimentando síntomas en la adolescencia y la adultez.

Sí, algunas personas logran controlar la hiperactividad a través de terapias conductuales, intervenciones educativas y cambios en el estilo de vida. La combinación de enfoques puede ser muy efectiva para reducir los síntomas sin la necesidad de medicación.