¿Qué es una lesión medular?
Una lesión de la médula espinal es un daño en la conexión nerviosa entre las estructuras del canal medular y el cerebro, ya sea de origen congénito, traumático (accidentes o caídas) o como consecuencia de alguna enfermedad.
Y puede tratarse de una lesión directa en la médula espinal o de un daño en el tejido y los huesos (vértebras) que rodean la médula espinal.
¿Cuáles son las consecuencias de una lesión medular?
La lesión medular puede ocasionar cambios temporales o permanentes en el movimiento, la sensibilidad o la fuerza y su gravedad dependerá de la zona, el tipo de lesión y de qué tan comprometida se vea la capacidad de enviar mensajes al cerebro y desde éste al resto del cuerpo, pudiendo llegar a producirse una parálisis en la mayor parte del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas de una lesión medular?
Los síntomas son, entre otros:
- Adormecimiento, hormigueo o pérdida y cambios en la sensibilidad
- Parálisis progresiva o repentina
- Debilidad o incapacidad para mover cualquier parte del cuerpo
- Pérdida de movimiento y dificultades para caminar
- Dolor o presión en la cabeza, el cuello o la espalda.
- Dificultades respiratorias.
Tratamiento
Es fundamental la intervención lo antes posible.
El tratamiento inmediato en el lugar donde se haya producido el accidente incluye la colocación de la persona en un tablero con un collarín especial alrededor del cuello para evitar un mayor daño en la médula espinal.
El tratamiento posterior se centra en el alineamiento de la columna vertebral siendo necesario en ocasiones intervención quirúrgica para eliminar cualquier fragmento de hueso que pueda hacer presión en la columna vertebral.
Los cuidados de rehabilitación pueden incluir también asistencia respiratoria, tratamiento de cualquier problema respiratorio o circulatorio, medicamentos para el dolor y aprendizaje de nuevas formas de abordar los problemas derivados de la lesión.
Lo ideal es que un equipo multidisciplinar evalúe las necesidades de la persona y y se combinen distintas terapias físicas con actividades centradas en la recuperación y desarrollo de habilidades orientadas a ofrecer la mayor autonomía posible y una buena calidad de vida. Será fundamental también que el paciente cuente con apoyo psicológico . El éxito de la recuperación depende en gran parte de cómo se trabajen y mejoren las condiciones crónicas en el día a día.
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