Junto con la fisioterapia, la terapia ocupacional supone uno de los procesos esenciales para lograr mantener una capacitación de las personas en sus actividades diarias

La alimentación sana, la práctica de ejercicio físico y mental, entre otras rutinas saludables son claves para conseguir un envejecimiento activo. Con el paso del tiempo, tanto las capacidades físicas como las mentales pueden verse mermadas si no se ejercitan. Para ello, la terapia ocupacional y la fisioterapia son piezas fundamentales.

Ambas materias comparten puntos en común, lo que las hace esenciales para conseguir un completo estado de compresión y salud con el cuerpo y la mente del paciente, así como una evolución y conexión con la autoestima y los sentimientos de superación y utilidad. Ambas tienen la cualidad de que no necesitan un diagnóstico previo de una enfermedad o lesión para llevarse a cabo. Su mera práctica como herramientas preventivas logran ser muy útiles en la disminución de lesiones; en la pérdida de facultades físicas o mentales; así como en la mejora de la autoestima, la salud mental y la calidad de vida.

¿Qué es la terapia ocupacional?

En palabras de la Asociación Profesional Española de Terapeutas Ocupacionales, consiste en una materia que promueve la salud y el bienestar a través de la ocupación. El principal objetivo es ayudar en la capacitación de las personas para participar en sus actividades básicas de la vida diaria.

Habitualmente es una profesión en contacto con la tercera edad debido a la necesidad que presenta este sector de la población para evaluar y fomentar las capacidades físicas, mentales y sociales. Para ello, se planifican y realizan actividades diarias en base a las necesidades individualizadas del paciente.

Con el objetivo fundamental de lograr que el paciente obtenga o mantenga la mayor independencia posible y que pueda conseguir socializar con los diversos círculos de su entorno. Por ello, el paciente puede interesarse en la terapia ocupacional tanto como medida preventiva o rehabilitativa, o incluso como un objetivo estimulante.

Por ejemplo, para mantener y mejorar la funcionalidad de la mano, se le pueden implementar una serie de ejercicios al paciente usando una sencilla pelota donde se puedan observar el agarre de la mano o la fuerza, así como la extensión de los dedos o del puño. Todo ello está focalizado en fomentar la autonomía personal del paciente para que pueda ser independiente y sentirse útil, mejorando su autoestima.

La fisioterapia, la mejor amiga de la terapia ocupacional

La terapia ocupacional está fundamentalmente centrada en la salud del paciente en la vida cotidiana, la fisioterapia tiene grandes elementos rehabilitativos que ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente y, en cualquier situación, aprender a usar correctamente el cuerpo.

Esa sensación de no saber cuántos músculos tienes hasta que un determinado ejercicio o postura hace que todo te vaya del revés es una prueba de que en muchas ocasiones no conocemos correctamente nuestro cuerpo e incluso que lo descuidamos.

La incorporación de la fisioterapia en la rutina ayuda a mejorar la calidad de vida y a usar adecuadamente nuestro cuerpo. Esto implica que puede servir para rehabilitar lesiones, pero también como prevención. Sus ejercicios sirven de apoyo para trabajar la capacidad motora, mejorar la circulación, o fortalecer la movilidad de las articulaciones

La terapia ocupacional y la fisioterapia, cada una a su manera, no afectan únicamente a la parte física del paciente. El área emocional puede verse afectada también, puesto que el progreso físico se verá reflejado en la autoestima y la independencia del individuo. La capacidad de sentirse útiles, especialmente si previamente ha tenido pérdida de movilidad del sistema motriz o de la pérdida del habla, por poner ejemplos, pueden afectar positivamente en la percepción que tiene el paciente sobre sí mismo y sus capacidades.