Tipos de Trastornos de Integración Sensorial en niños
Existen varios tipos de trastornos de procesamiento sensorial, que se pueden clasificar en función del tipo de información sensorial que afecta y de la forma en que el cerebro la interpreta:
1. Trastornos de Modulación Sensorial: Estos afectan cómo el cerebro regula las respuestas a estímulos sensoriales. Un niño con este tipo de trastorno puede ser extremadamente sensible o poco reactivo a estímulos comunes.
2. Trastornos de Discriminación Sensorial: Afectan la capacidad del niño para diferenciar entre diferentes estímulos sensoriales. Esto puede manifestarse en dificultades para distinguir entre dos objetos basándose solo en el tacto, o para procesar diferencias en sonidos.
3. Trastornos de Praxis Sensoriomotora: Se refiere a las dificultades en la planificación y ejecución de movimientos físicos, lo que afecta la capacidad de realizar tareas motoras complejas o actividades deportivas.

Causas y factores de riesgo
No se conoce con exactitud qué causa los trastornos de integración sensorial. Sin embargo, algunos factores de riesgo asociados incluyen:
- Genética: Algunos estudios sugieren que los factores genéticos pueden jugar un rol importante en la predisposición a este trastorno.
- Condiciones prenatales o perinatales: Problemas durante el embarazo o el nacimiento, como partos prematuros o complicaciones, pueden aumentar el riesgo de que el niño desarrolle dificultades en la integración sensorial.
- Trastornos neurológicos: Niños con otros trastornos del desarrollo neurológico, como el autismo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tienen más probabilidades de desarrollar un TIS.
Síntomas de los Trastornos de Integración Sensorial
Los síntomas de un trastorno de procesamiento sensorial pueden variar ampliamente según el tipo y la gravedad del trastorno. Entre los signos más comunes se encuentran:
- Hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos: Algunos niños pueden reaccionar de manera exagerada a sonidos, luces, o texturas, mientras que otros pueden buscar estímulos más intensos (golpes, giros, saltos) debido a una baja reactividad sensorial.
- Problemas con la motricidad fina o gruesa: Dificultades en el control de movimientos precisos, como abotonarse la camisa o escribir, o en actividades físicas como correr, saltar o montar en bicicleta.
- Dificultad para regular el comportamiento: Esto puede manifestarse en explosiones emocionales, frustración rápida o falta de concentración debido a la sobrecarga sensorial.
- Problemas de coordinación: Los niños pueden parecer torpes, caerse con frecuencia o tener problemas para coordinar movimientos complejos.

Tratamiento para los Trastornos de Integración Sensorial en Neurocentro
El tratamiento más común para los trastornos de integración sensorial que se usa en Neurocentro es la terapia ocupacional con enfoque en integración sensorial. Este tipo de terapia busca mejorar la forma en que el niño procesa y responde a los estímulos sensoriales mediante actividades estructuradas y repetitivas que ayudan al cerebro a reorganizarse.
Los terapeutas ocupacionales pueden utilizar diversas estrategias para ayudar a los niños a gestionar sus dificultades sensoriales, tales como:
- Juegos de estimulación sensorial: Actividades que expongan al niño a diferentes texturas, sonidos o movimientos de manera controlada.
- Rutinas sensoriales: Se estructuran actividades diarias que ayuden a regular las respuestas sensoriales del niño, permitiéndole enfrentarse mejor a entornos que normalmente serían estresantes.
- Ejercicios de coordinación motora: Se diseñan actividades que refuercen el control motor y la coordinación.