Los ictus son una amenaza para la salud que debemos conocer. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre los ictus: qué son, cuáles son sus síntomas y qué factores pueden provocarlos.
Un ictus es una lesión cerebral producida por una falta de riego sanguíneo. Esto puede ser causado por un derrame cerebral (cuando se rompe un vaso sanguíneo y se produce una hemorragia en el cerebro) o por un infarto cerebral (cuando se produce un bloqueo en una arteria que irriga el cerebro).
Los ictus son muy peligrosos porque pueden provocar daños irreversibles en el cerebro, lo que puede llevar a la muerte o a una discapacidad permanente.
Síntomas
Los síntomas de un ictus pueden ser muy diversos, y dependen de la zona del cerebro afectada. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Debilidad en una extremidad.
- Pérdida de sensibilidad en una extremidad.
- Pérdida de coordinación. – Visión borrosa o doble.
- Dificultad para hablar o para comprender lo que se dice.
- Dolor de cabeza intenso.
Si sientes alguno de estos síntomas, es importante que acudas al médico lo antes posible, ya que un ictus puede ser muy grave.
Causas
Los ictus pueden ser causados por diversos factores. Algunos de los más importantes son:
- La edad: el riesgo de ictus aumenta con la edad.
- El tabaquismo: fumar aumenta el riesgo de ictus.
- El consumo excesivo de alcohol: beber en exceso puede provocar ictus.
- La hipertensión: la presión arterial alta es un factor de riesgo importante para los ictus.
- El colesterol alto: el colesterol elevado también aumenta el riesgo de ictus.
- La diabetes: la diabetes también es un factor de riesgo para los ictus.
- El antecedente familiar de ictus: si alguien de tu familia ha sufrido un ictus, tu riesgo de padecerlo también es mayor.
Para prevenir los ictus, es importante controlar los factores de riesgo que puedan afectarnos. Si tienes hipertensión o diabetes, por ejemplo, debes controlar estas enfermedades de forma adecuada. También es importante dejar de fumar y evitar el consumo excesivo de alcohol. Y, por supuesto, si tienes antecedentes familiares de ictus, debes estar especialmente vigilante.
