En este momento estás viendo Ictus: ¿qué beneficios aporta la fisioterapia en la rehabilitación?

Ictus: ¿qué beneficios aporta la fisioterapia en la rehabilitación?

El ictus debe ser tratado en rehabilitación fisioterapéutica para que el paciente pueda recuperar movilidad, independencia y autoestima lo antes posible

El ictus supone una enfermedad cerebrovascular generada por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. ¿Qué supone esto? Si el cerebro no recibe debidamente el oxígeno debido a una incorrecta circulación sanguínea, las células nerviosas dejan de funcionar. Ese es el significado de un ictus en pocas palabras.

Existen dos tipos de ictus. Por un lado tenemos el ictus isquémico, también conocido como infarto cerebral, que sucede cuando se produce una obstrucción en el riego sanguíneo cerebral. Por otro lado se encuentra el hemorrágico, que sucede cuando un vaso sanguíneo se rompe y se produce una hemorragia en el cerebro. Es mucho menos común y en muchos casos, para controlar el sangrado, puede ser necesaria una operación. Pero eso no quita peligro al ictus isquémico. Ambos deben ser analizados y tratados a tiempo para controlar la situación.

Los efectos que pueden verse en el paciente pueden ser variados dependiendo de la gravedad del ictus y de la rapidez con la que haya sido tratada por personal sanitario especializado. Muchas veces comienza por un dolor muy intenso de cabeza que empieza de repente. Suele ser el síntoma más común. También se pueden dar náuseas, vómitos, problemas de visión, dolores musculares o una pérdida del estado de consciencia.

En caso de sufrirlo, hay que tener en cuenta los estragos que pueden provocar en el organismo y cuáles son los procesos de rehabilitación.

La fisioterapia, una clave importante para la recuperación

La fisioterapia puede ser aplicada para la rehabilitación y sanación de múltiples problemas y áreas. Es habitualmente utilizada durante y mediante el proceso de recuperación y rehabilitación del ictus.

La intención de introducir la fisioterapia en la ecuación está en ayudar a los pacientes a conseguir una recuperación física y también psíquica, lograr un progreso en el estado emocional y la autoestima. La recuperación de, por ejemplo, movilidad, puede hacer que el paciente experimente volver a sentirse útil, independiente y capaz.

La fisioterapia ayuda a mejorar la calidad de vida y a usar adecuadamente nuestro cuerpo, puesto que, en muchas ocasiones, no es que estemos enfermos, estamos mal usados. En general, la fisioterapia sirve de apoyo para trabajar la capacidad motora, mejorar la circulación, prevenir futuras dolencias o fortalecer la movilidad de las articulaciones, entre otros. Como decíamos previamente, el ictus puede presentar secuelas a distintos niveles. Por ejemplo, pueden ser a nivel motor, como la imposibilidad de caminar o la pérdida de equilibrio; a nivel cognitivo y conductual, como la pérdida de memoria o cambios en el comportamiento; dificultad de realizar actividades de forma autónoma, como bañarse o comer; así como dificultades a la hora de comunicarse.

Cuando nos encontramos con un caso de ictus, la cuestión del tratamiento fisioterapéutico es importante. Es recomendable comenzarlo lo antes posible para trabajar con secuelas como las que han sido comentadas previamente.

Siguiendo una serie de ejercicios fisioterapéuticos adecuados y dictaminados por especialistas en el ámbito, la rehabilitación puede llegar a niveles altamente gratificantes para el paciente. Dependiendo de las características del caso de cada persona, los planes de tratamiento cambiarán, pero en general se buscará generar un proceso que abandone la rigidez articular y muscular para recuperar la capacidad funcional, y con ello la independencia y la autoestima.

Deja una respuesta