El ictus es una enfermedad grave que afecta a numerosas personas en España. Se trata de una enfermedad cerebral que se produce cuando hay una interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Esto puede ser causado por un accidente cerebrovascular o un aneurisma cerebral. El ictus puede producir una variedad de síntomas, desde dolores de cabeza hasta pérdida de movilidad.

Tipos de ictus

Un elevado porcentaje de los ictus son ictus isquémicos, que ocurren cuando un coágulo de sangre se forma en una de las arterias que llevan sangre al cerebro. Por otro lado, también existen los llamados ictus hemorrágicos, que ocurren cuando un vaso sanguíneo se rompe y se derrama sangre en el cerebro.

Tratamiento intensivo

En el pasado, se pensaba que los ictus eran un evento de una sola vez que no requería tratamiento especial. Sin embargo, ahora sabemos que los ictus son una enfermedad crónica que requiere tratamiento intensivo. El tratamiento intensivo de los ictus es crucial para la recuperación.

Según un estudio reciente, el 30% de las personas que reciben tratamiento intensivo después de un ictus isquémico pueden recuperar la función de la mano y el brazo al año. El tratamiento intensivo puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional, medicamentos y cirugía.

La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a las personas a recuperar el movimiento y la fuerza de los músculos afectados. Los medicamentos pueden ayudar a disolver los coágulos de sangre y prevenir la formación de nuevos coágulos. La cirugía puede ayudar a corregir cualquier problema estructural que esté causando el ictus.

Aunque el tratamiento intensivo pueda parecer costoso, es una inversión que vale la pena hacer. Las personas que reciben tratamiento intensivo después de un ictus tienen una mejor probabilidad de recuperación y de evitar un ictus recurrente.