¿Qué deben saber los padres?
Dar un teléfono móvil a un niño es un arma de doble filo. Aunque puede proporcionar una sensación de seguridad a los padres, también puede exponer a los niños a numerosos peligros. He aquí algunas cosas que los padres deben tener en cuenta a la hora de decidir si dar un teléfono móvil a su hijo y cuándo hacerlo.
Riesgos
- Riesgo de acoso y ciberacoso Uno de los mayores peligros de los teléfonos inteligentes para los niños es el riesgo de sufrir acoso y ciberacoso. Según un estudio de UNICEF, 1 de cada 3 jóvenes en 30 países reporta haber sido víctima de acoso online. Las redes sociales y apps de mensajería facilitan que los acosadores ataquen a sus víctimas de forma anónima y constante.
Los niños que sufren ciberacoso tienen mayor riesgo de ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas. Es crucial que los padres supervisen de cerca la actividad online de sus hijos, establezcan reglas claras y tengan conversaciones abiertas sobre el acoso.
- Adicción y uso excesivo Otro peligro importante es el potencial adictivo de los teléfonos inteligentes y las consecuencias del uso excesivo. Un estudio publicado en BMC Psychiatry encontró que hasta el 23% de los jóvenes muestran conductas adictivas relacionadas con sus smartphones. Muchas aplicaciones están diseñadas bajo los principios del Condicionamiento Operante, precisamente para reforzar la conducta de su uso.
La adicción al teléfono puede provocar en los niños:
–Pérdida de sueño: Muchos niños utilizan sus teléfonos hasta altas horas de la noche, lo que puede conducir a la privación de sueño. La falta de sueño puede afectar al estado de ánimo, las capacidades cognitivas y la salud general del niño.
–Bajo rendimiento académico: El uso frecuente del teléfono puede distraer a los niños de sus estudios, lo que conduce a un descenso del rendimiento académico. También puede afectar a su capacidad para concentrarse y retener información.
–Falta de actividad física: Los niños que pasan demasiado tiempo con el teléfono pueden volverse sedentarios y perder la actividad física. Esto puede provocar obesidad, mala salud cardiovascular y otros problemas de salud.
–Irritabilidad y ansiedad: El uso excesivo de los teléfonos puede hacer que los niños se vuelvan irritables, ansiosos y malhumorados. También pueden volverse excesivamente dependientes de sus teléfonos y experimentar síntomas de abstinencia cuando no los usan.
- Acceso a contenido inapropiado Los teléfonos con acceso ilimitado a Internet exponen a los niños al riesgo de encontrar contenido inapropiado o incluso ilegal. Desde pornografía, hasta información falsa y teorías conspirativas, los menores pueden acceder fácilmente a material que no es apto para su edad.
La exposición temprana a ciertos contenidos se ha vinculado con actitudes disfuncionales hacia el sexo, normalización de la violencia, radicalización y otros efectos dañinos en el desarrollo de los jóvenes. Los padres deben utilizar controles parentales, filtros y monitoreo para proteger a los niños de contenido perjudicial.
- Impacto en la postura y la visión El uso intensivo de los smartphones también puede tener consecuencias físicas para la salud infantil. Estudios han encontrado que la postura encorvada al usar el móvil provoca dolores de cuello, espalda y problemas posturales en un porcentaje creciente de jóvenes.
Además, la exposición prolongada a las pantallas digitales se asocia con fatiga visual, ojos secos, visión borrosa y mayor riesgo de miopía en los niños.
- Menor interacción social, los teléfonos móviles pueden interferir con el desarrollo de habilidades sociales clave en los niños cuando se usan en exceso. Los menores muy pendientes de sus dispositivos a menudo interactúan menos con familiares y amigos en persona, lo que puede dificultar su capacidad para leer señales sociales y emocionales, empatizar, comunicarse y colaborar efectivamente con otros.
- Sexting: Los niños pueden practicar el sexting, que puede acarrear consecuencias legales y angustia emocional. Los padres deben hablar de los riesgos y consecuencias del sexting con sus hijos.
- Seguimiento de la ubicación: Algunos teléfonos móviles tienen funciones de localización por GPS, que pueden utilizarse para controlar el paradero del menor. Sin embargo, esto también puede suponer un problema de privacidad y puede hacer que los menores se sientan constantemente vigilados.
- Falta de exposición sensorial y otras experiencias: Muchos niños pasan un tiempo excesivo delante de pantallas, privándose así de estímulos vitales necesarios para su desarrollo en edades tempranas. Estos estímulos incluyen interacciones con compañeros/adultos, movimientos físicos, leer, dibujar e incluso aburrirse. Sin embargo, estas actividades son los elementos clave para un desarrollo intelectual adecuado, que parecen estar disminuyendo por primera vez en varias generaciones.
¿Qué podemos hacer?
Hoy en día se tiende a sobreproteger a los niños en el mundo físico: no les dejamos ir sólos al colegio, les llevamos a jugar a parques infantiles totalmente inofensivos, y apenas les responsabilizamos con tareas domésticas. Sin embargo, les dejamos ir a su libre albedrío en el mundo digital, sin darnos cuentas de los peligros reales que esto conlleva.
Equilibrar el tiempo frente a la pantalla con interacciones sociales enriquecedoras es esencial para el sano desarrollo de los niños. Los padres deben predicar con el ejemplo al usar sus propios teléfonos con moderación y priorizar el tiempo familiar sin dispositivos.
Si bien los teléfonos inteligentes pueden ser una potente herramienta, lo cierto es que usualmente se utilizan de forma inadecuada. Antes de dar un smartphone a sus hijos, los padres deben considerar cuidadosamente estos peligros y establecer pautas claras de uso para proteger su bienestar. En Neurocentro, proponemos una buena alternativa para tener localizados a nuestros pequeños: proporcionarles un «dumbphone«, un teléfono de aquellos que usábamos cuando llegaron los primeros móviles, sin conexión a internet ni videojuegos, sólo para llamar y recibir llamadas.
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